Cuando seas anciana, de noche, junto a la vela hilando y devanando, sentada junto al fuego, dirás maravillada, mientras cantas mis versos: «Ronsard me celebraba, cuando yo era hermosa», Ya no tendrás sirvienta que tales nuevas oiga y que medio dormida ya por la labor se despierte al oír el sonido de mi nombre, bendiciendo el tuyo con inmortal alabanza. Yo estaré bajo tierra, y fantasma sin huesos reposaré junto a la sombra de los mirtos, y tú serás una anciana junto al hogar encogida. Lamentando mi amor y tu desdén altivo Vive, créeme, no aguardes a mañana: Coge desde hoy las rosas de la vida. |
El tema del Carpe diem (aprovecha el día, vive el momento), tomado de una Oda de Horacio (65 a.C.) ha sido inspiración para muchos poetas a lo largo de la Historia. Todos esbozan una meditación sobre los estragos del paso del tiempo sobre la belleza física. Ejemplo de ello es este poema de Neruda casi burlesco.
Cuando estés vieja, niña (Ronsard ya te lo dijo),te acordarás de aquellos versos que yo decía.Tendrás los senos tristes de amamantar tus hijos,los últimos retoños de tu vida vacía…Yo estaré tan lejano que tus manos de ceraararán el recuerdo de mis ruinas desnudas.Comprenderás que puede nevar en primaveray que en la primavera las nieves son más crudas.Yo estaré tan lejano que el amor y la penaque antes vacié en tu vida como un ánfora plenaestarán condenados a morir en mis manos…Y será tarde porque se fue mi adolescencia,tarde porque las flores una vez dan esenciay porque aunque me llames yo estaré tan lejano…
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